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Categoría: San Andres

Las relaciones son un aspecto importante de nuestras vidas y pueden determinar nuestra felicidad. Las -muchas veces- llamadas telefónicas y los mensajes de texto a cualquier hora del día pueden ser el inicio de lo que termina siendo una relación de pareja, pero muchas veces no llega y se queda en un «casi algo», es decir, en una relación que no es formal ni comprometida pero que tiene características románticas o íntimas.

 Se trata de una relación de pareja pero que no acaba de definirse como noviazgo y que funciona como si lo fuera, de tal manera que implica un grado de romanticismo o intimidad, pero sin el nivel de compromiso y formalidad que se encuentra en una relación de pareja tradicional.

Tal como lo define Lidia Alvarado, psicóloga experta en relaciones de pareja, «las personas involucradas pueden tener citas, pasar tiempo juntas y compartir momentos románticos o íntimos, pero sin comprometerse en una relación exclusiva o a largo plazo».

Cuando no ocurre nada

Las relaciones «casi algo» suelen ser muy intensas y existen varios motivos por los que cuando se terminan cuesta mucho superarlas, aunque realmente no haya habido nada.

Indica Lidia Alvarado que el primer motivo viene del hecho de que, al no haberse consolidado como una relación formal, es muy posible que «no nos haya dado tiempo a conocer del todo a la persona que tanto nos gustaba y de la que nos estábamos enamorando y al final acabamos idealizando tanto a la persona como la relación». Cuando idealizamos completamos la información que nos falta con las que nos gustaría, por lo que nos imaginamos a la persona perfecta y vivimos en un estado de idealización constante en el que pensamos que nuestro «casi algo» es nuestra alma gemela capaz de suplir todas nuestras necesidades. Proyectamos en la otra persona todos nuestros deseos y somos incapaces de ver sus defectos o errores, o si los vemos los minimizamos restándole importancia.

«Si finalmente ese vínculo no llega a materializarse en una relación y se corta antes de realmente comenzar, se puede quedar muy enganchado a esa historia porque dejamos a la otra persona congelada en esta etapa de la idealización en un momento en el que seguramente pensamos en ella las 24 horas del día y tenemos un elevado anhelo de que las cosas funcionen», alerta la psicóloga, que asegura que existe un mecanismo a nivel psicológico que nos hace pensar que esta persona «es más ideal y compatible con nosotros de lo que es en la realidad» y esto se torna peor aún cuando desaparece sin dar una explicación.

«Como nuestro cerebro no puede admitir quedarse sin una respuesta, nos obsesionamos por encontrar la explicación, lo que puede llevar a pasarse horas infinitas buscando las razones de por qué esta persona se fue sin más, principalmente mirando sus redes sociales. Esta obsesión llevada al extremo puede dar lugar a crear perfiles falsos en las redes sociales», recalca.

Por otro lado, tal como señala Alvarado, si la razón de no continuar es que empezó a salir con otra persona esto podría llegar a ser muy traumatizante, ya que la mente puede interpretarlo como un rechazo, lo que dificultaría mucho más dar un cierre adecuado a esa historia: «Este tipo de relaciones suelen terminar tarde o temprano y el duelo es bastante doloroso y difícil de superar».

Al no ser una relación tan clara o convencional a las etiquetas sociales a las que estamos acostumbrados, creemos que al dejar esa relación no tendríamos por qué sufrir. Incluso muchas veces se llega a generar un sentimiento muy frustrante en el que la persona no acepta el dolor que le está causando dejar ir a esa persona porque no se siente con el «derecho» a denominarlo ruptura o a experimentar los sentimientos que le produciría una ruptura convencional. «Al final hubo un vínculo, tuviera el nombre que tuviera, al romperse existe una pérdida y, por lo tanto, un duelo que es igual de válido que cualquier otro», expone la experta.

Consejos para superar un «casi algo»

La psicóloga comparte algunos trucos para que esa persona con la que al final no has llegado a ninguna parte, no te arrebate la felicidad y te deje enganchado:

1. Acepta que es una ruptura y nombrarla como tal te ayudará a aceptar lo que sientes y a llevar mejor la situación. Da igual como lo viva la otra persona, tú habías invertido energía, tiempo y cariño en una relación y es normal que duela. «Preocúpate por ti y procesa las cosas a tu manera», recomienda.

2. Acepta el dolor, está bien sentirlo en este momento y pasará.

3. Apóyate en tus seres queridos. Cuando empieces a poner nombre a las cosas serás más consciente de la situación y te darás cuenta qué estás pasando por un momento en el que muchas de tus necesidades sociales están insatisfechas, por lo que es el momento perfecto para pasar más tiempo con tus amigos y familia.

4. Sé consciente de la idealización. Es importante tener presente que esa persona es un ser humano con defectos y manías que no llegaste a conocer bien, por lo que si no pudiste ver esa parte que te hubiera molestado, solo vas a echar de menos la parte perfecta de la persona que solo existe en tu mente.

«Conforme vaya pasando el tiempo, te irás dando cuenta poco a poco de que tu 'casi algo' no era tan increíble como pensabas y, aunque duela, se supera. No te va a doler toda la vida y el sentimiento de soledad que sientes durante la ruptura pasará por mucho que parezca imposible en ese momento», aconseja Lidia Alvarado.